viernes, 12 de diciembre de 2008

SOLILOQUIO


dialogar con las rocas
es silenciar su rugosidad
a veces la locura puede
sobarnos con sus yemas de nirvana
a veces la locura puede
salvarnos de ignorar
dialogar con las rocas
es raspar limarlas
y ese polvillo que después
quieto cubre muebles
paciente por un dedo no tanto
que se unte una yema con él

dialogar y
polvo de rocas en las yemas
en las yemas de los dedazos de la locura
que nos soba el rostro y la sonrisa y más
y nos unta con él

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